Mi proceso de escribir y de pensar mi marca personal empezó con una premisa muy simple:
No puede ser posible que el trabajo que haga a diario para otros, no sea capaz de hacerlo para mi, por el único disfrute de hacerlo.
Y así fue que a comienzos de abril decidí abrire este espacio como un ejercicio de disfrute por encima de cualquier otro interés.
Fue muy fácil el primer clic. No ha sido tan fácil mantenerlo. Y me refiero al oficio de escribir, y a los retos y preguntas que ese hecho generan en mi vida.
Arranque en abril con una idea inicial. Escribir sobre mis experiencias como padre que vive en Bogotá y que le gusta moverse en bicicleta por la ciudad.
Suena simple,no?
Pero precisamente en mi cabeza, esa misma simpleza no me dejaba terminar por miles de preguntas antes de hacer clic en publicar:
¿Será interesante leer esto para alguien?, ¿Tendrá coherencia la escritura?, ¿Qué tanta historia personal debería incluir en cada texto? ¿Debería incluir más información útil y menos asuntos filosóficos?
Y en esa preguntadera tuve mi primer bache hacia finales de Julio. Había logrado una racha de casi 4 meses publicando semanalmente. Luego, de repente…Puuum!!!
Las eternas excusas de que no puedo continuan. Desde la semana pasada estoy retomando. Ya no sé si quiero escribir sobre mis experiencias como padre que vive en Bogotá y que le gusta moverse en bicicleta por la ciudad. Tal vez solo soy un ser humano más con muchas preguntas que no tienen respuesta y solo quiero compartir mis inquietudes y mi proceso de búsqueda.
Recientemente escuché a Connor Neil, coach irlandés que habla sobre el autosaboteo como la primera razón para no lograr nuestro máximo desempeño.
Lo describe con la siguiente fórmula:
Desempeño = Potencial - Autosabotaje.
Y si. Nadie más que nosostros mismos, somos los peores enemigos de alcanzar nuestro máximo potencial. Connor habla de controlar las distraciones, las emociones, la arrogancia y la necesidad de defender nuestras preconcepciones y por el contrario estar abierto al cambio.
Mi lucha diaria en este tiempo ha sido principalmente contra las distracciones.
Distracciones por olvidar cual había sido el propósito inicial de esta iniciativa y recargarlo con obligaciones adicionales diferentes a la diversión y el esparcimiento.
Distracciones de abrir cada semana nuevas proyectos que consideraba importantísimos también y tener la arrogancia de creer que los puedo abarcar todos.
Distracción por sentirme decepcionado de mi mismo, por no continuar firme en el propósito. Por no creer que lo que estoy haciendo es lo suficientemente bueno y que no vale la pena el esfuerzo y sentirme derrotado.
Pero al final, nada más elocuente para un Viajero Urbano, que este viaje emocional por los caminos de la vida de un hombre de 40 y tantos años.
Hoy puedo decir que no se que quiero de mi vida, pero tengo más o menos claro que ingredientes son los que no me traen felicidad. Busco ser feliz.
Dentro de lo que no quiero, está el no sentirme creativo y propositivo. El sentir que me estanco en el pensar y no fluyo en el hacer.
Hoy, después de muchos golpes, soy capaz de convivir en un sano equilibrio con las incertidumbres del vivir y de caminar sin temor.
La siguiente frase ha tenido mucho sentido para mi en este proceso de encontrar mi voz en la escritura:
El éxito viene de saber que hacer frente a las frustraciones
Me suscribo en que no busco el éxito. Busco vivir con plenitud. Y vivir con plenitud, de acuerdo a Connor es aprender a vivir cada día más con un mayor nivel de incertidumbre.
Con un poco de suerte y menos distracciones, nos leeremos dentro de 8 días. O tal vez no?