Desde que iniciamos el maravilloso camino de la paternidad, nuestros relojes biológicos se alinearon a los ciclos de nuestra hija y muchos hábitos de cuando no eramos padres, básicamente quedaron congelados por un tiempo indefinido.
Nos acostamos a la hora que ella se acuesta y además caemos profundos. Conocemos las princesas mágicas de Disney, los amigos Paw Patrol y todos los personajes de su predilección dejando en el baúl de los recuerdos la época cuando eramos cinéfilos aficionados y sabiamos de diretores, actores y maratoneábamos series compartiendo opiniones como reputados críticos.
Un día, diría que bordeando los 2 años de Elena, algo empezó a cambiar muy lentamente y pudimos volver a contemplar los viejos planes y gustos de adultos ahora padres. Un día cualquiera entre semana, siendo las 7:30 pm la casa queda en silencio infantil. Es el momento de retomar.
— ¿Vemos en tele algo juntos?, Hace rato que no lo hacemos.
— ¡Uy si, que rico!. Ve escogiendo algo, mientras termino de hacer algo en la sala…
San Francisco de Sales dijo: ”el camino al infierno está plagado de buenas intenciones” y nada mas acertado para lo que nos ocurre no pocas veces.
— Ven amor, ¿pero otra vez thriller policiaco?, mejor veamos algo más tranqui, como, nosé…una comedia romántica, ¿no?.
— Mmmm si, chévere...
— ...
— ¿No es mejor eso como para el fin de semana?
— Si, puede ser….hagamos algo, déjame escoger esta vez y tu la próxima…
— Bueno dale…
— Me recomendaron una buenísima en un grupo de mamás…
—….
— Ayyy no. !Nunca te gusta nada de lo que yo escojo!.
— !No es eso!, pero pues tiene que haber algo que nos guste a los dos y las recomendaciones de esos grupos son pa´ mamás.
— ¡Y que tienen de malo!
— !No, nada!…bueno dale, chévere, chévere...ponla.
— ¡No! mejor escoge tu... que seguramente tienes algo mejor…
— ¡¡No tengo nada escogido!!….
— ...Pero ¿Entonces que hacemos?
Qué hacemos. Hay tantos gustos como colores existen, y en el mundo de las películas, series y programas de televisión si que hay variedades para escoger. ¿Como abordar este momento, que nace con las mejores intenciones y que puede generar una pequeña Troya cada noche?
Fórmula (no patentada) para lograr ver series juntos.
La intervención: Hicimos un alto en el camino y sentados sin la TV cerca, declaramos que en realidad queríamos resolver la situación. Como cualquier otra decisión de pareja importante, le dimos un espacio de conversación y reflexión fuera del campo de batalla. Le dimos el tratamiento de asunto de altísima importancia, como escoger la marca de arepas o la crema dental..
Nos dimos cuenta de pequeños elementos que no teníamos en cuenta y nos hacían la vida más difícil. El nivel de volumen no era un aspecto irrelevante, el horario justo antes de dormir generaba sensibilidades insospechadas y no por último menos importante, el doblaje de los shows como línea roja inaceptable.
En el tema de los programas, no ahondamos. Hay grandes diferencias en gustos que muy seguramente no cambiarán. Pero durante esa etapa reconocimos que había necesidad de un alto en el camino de la testarudez en la selección.
La reflexión: Queríamos disfrutar de esos momentos y sabíamos que hacia falta buena voluntad para llegar a un buen puerto.
Reconocimos (reconocí) que ver una película de navidad en Julio no era una afrenta contra el sentido común y que si por el contrario ahondabamos en mundos distópicos, la humanidad no iba a llegar a su fin en el 2023.
Poco a poco la magia empezó a fluir. Notamos que si teniamos puntos en común y nos aferramos a ellos. Nos gustaban los personajes femeninos de caracter fuerte como principales, sin importar que fueran héroes o villanos.
Podíamos disfrutar diversas categorías de programa siempre y cuando la geografía y cultura del lugar fuera protaganista fundamental para el transcurrir de la historia.
Aceptamos que nos gusta saber de momentos claves de la historia en lenguaje de cine, novelas o series cortas.
La firma del acuerdo: Nos dimos la mano. Nos abrazamos y besamos como sello del pacto que ponía fin a las escaramuzas. Acordamos nuevos horarios, niveles de volumen y por supuesto la necesidad de ver todo en el idioma original. Nos miramos cómplices y sonreímos por la pantomima.
Si llegaron hasta este punto, pudieron sentirse identificados con una o varias de las situaciones que he descrito. No se dejen engañar, solo es una simplifiación. La realidad es que No hemos acabado de resolver. Si algún mago tiene la fórmula, puede dejarla en los comentarios para el disfrute y aplicación de los 898 miembros de esta comunidad.
Cerrado el tema y después de tomar dos Gin Tonic conversando sobre este post, logramos hacer un ranking con programas/series que hemos maratoneado juntos y que por gracias del azar cumplieron con los tres criterios que nos unen. Son muchísimas más en las que no coincidimos. No somos críticos, ni consideramos que sepamos de aspectos técnicos de lo audivisual. Si sabemos leernos las caras y ver cuando estamos pasando un rato agradable en pareja. Así que sin más preámbulos:
1. COISA MÁS LINDA (2019, 2 temporadas)
A falta de una, hay 4 mujeres protagonistas, con bellezas muy diferentes y que no hablan sino que acarician con ese acento brasileño. ¿Porqué nos gustó? Todo pasa en Rio de Janeiro y es a causa de Rio en los años 50 y algo de la historia del nacimiento del bossanova, que no te importa tragarte el melodrama clásico de amores y traiciones. Mención especial, a las escenas de amor tan diferentes a lo nacional.
2. The Marvelous Mrs. Maisel (2017, 5 temporadas)
Seguir las aventuras y desventuras de Midge y Susie, comedianta y representanta, valen cada minuto de tiempo invertido en pareja. ¿Porqué nos gustó? La ambientación de la sociedad de los años 50 en New York y de miles de personajes reales o inspirados en reales que orbitan alrededor de la dupla, tratando de convertirse en empresarias globales del espectáculo. Mención especial, el esmero en la moda femenina de la protagonista y grandes rutinas de standup con chistes de época aún vigentes.
3. Mozart in the Jungle (2014, 4 temporadas)
Gael o Rodrigo, que no defrauda nunca como el héroe conflictuado. Loal o Hailey, la princesa indefensa e insegura de ojos verdes, que busca protección e intenta entrar a la Orquesta Sinfónica de New York. ¿Porqué nos gustó? El detrás de cámaras de la vida de músicos profesionales por fuera del entorno musical, en bocados de 20 minutos por capítulo. Mención especial: El capítulo en la cárcel Rikers Island, recreando un concierto real donde los reclusos ven por primera vez una orquesta sinfónica en vivo es precioso.
4. Mad men (2007, 7 temporadas)
La historia de la Publicidad desde adentro. El término “mad men” se usó para designar a los ejecutivos publicitarios de Madison Avenue, meca del negocio en los años 50 en New York. ¿Porqué nos gustó? Aunque un hombre, Don, miedoso y mentiroso compulsivo es el corazón de la historia, son Betty, Peggy y Joan las heroínas, quienes se echan al hombro el peso de las complejidades de ser mujer de los años 60. La comunicación entre los personajes y de los personajes con nosotros los televidentes, es muchísimo más profunda que la que transmiten los diálogos. Miradas, ademanes, sombras, silencios en momentos precisos.
5. Pose (2018, 3 temporadas)
La vida nocturna de los proscritos de la sociedad americana de los años 80 (gays, trans, bisexuales, latinos, negros etc.), es solo una excusa para enfrentarnos a historias de sueños y esperanzas, y a reinterpretar y cuestionar todo nuestro sistema de sesgos y tabúes en el principio de la pandemia del SIDA que hoy nos parece paisaje. ¿Porqué nos gustó? Dice uno de los personajes: — Por una noche, quier olvidarme que soy menos que basura en esta sociedad—. El sentido de dignidad y hermandad que transmite la serie de aquellos que no tiene nada que perder, cuestiona que nos quejemos de asuntos tan triviales. Enriquecedora en lo emocional.
¿Las han visto? ¿Las verían ¿Les gustaron? Cuéntenme en los comentarios.