La semana pasada cumplió 80 años de aventuras un héroe sin capa, ejemplar multi-instrumentista, políglota alma de la fiesta de miles de noches de bohemia playera y apasionado animal único de lectura, Mi papá.
Esta entrada, después de fallarles la semana pasada con mi cita de contador de historias por lo que me disculpo, es para celebrar una vida que llega a 80 años de aventuras, con las que se ha forjado la personalidad que he construido como padre de Elena.
Celebro su cumpleaños con admiración y con su mayor pasión: La lectura.
La lista de libros que voy a compartir mezcla pequeñas reseñas de títulos que estaban en nuestra biblioteca, ambientado por momentos reales, escenarios imaginados y reflexiones que hoy hacen parte de mi vida.
Nos fuimos!
1. Las Fábulas de Rafael Pombo
Me recuerdo buscando un libro colorido de tamaño medio pliego con fábulas de Rafael Pombo, intentando alcanzar las partes más altas de nuestro closet donde se guardaba y creando un picadillo de papel para saber que tenía por dentro. Imagino la cara de mi papá al ver el resultado.
La fábula de La Pobre Viejecita, habitó miles de historias familiares durante los siguientes años.
2. Aperturas modernas de Ajedrez
El ajedrez dominó desde pequeño mucho de nuestro tiempo libre. Recuerdos tableros de muchas formas, estudio de partidas y salidas a competir con niños más grandes que yo durante años. Siempre hubo libros en nuestra biblioteca, que tenían los secretos para ganarle a quien aún hoy, no soy capaz de derrotar frente aun tablero de ajedrez.
3. El hombre que calculaba
Como mantener la atención de un niño de 10 años por horas. La respuesta la tenía Beremiz y Hanak, que en su viaje a Bagdad resolvió problemas imposibles para la mente humana.
Este libro despertaba en mi la rabia e impotencia que producen los acertijos sin respuesta evidente que tanto me han costado en la vida. Soy un persona que lucha con entender lo ímplicito de la vidad y la comunicación.
El acertijo de los 35 camellos es solo una de las historias divertidas con las que jugabamos y aprendíamos. Por alguna razón misteriosa, mi papá se sabía todas las respuestas
4. El Corsario negro
Hubo un tiempo donde se vendían libros puerta a puerta. Internet apenas era tecnología militar. Un día caluroso cucuteño, empezaron a llegar los tomos de la Colección de aventuras de Editorial Salvat. Recuerdo El Barón de Munchause, El Gran Gatsby y especialmente El Corsario Negro como los primeros libros realmente míos al inicio de mi adolescencia.
Fue en esta misma época, en donde la educación colegial castigaba los malos compartamientos con tiempo obligado de lectura en una biblioteca. Sobreviví gracias al Corsario y sus intrépidos amigos navegando por las aguas del Caribe y conquistando hermosas damicelas en peligro.
5. El Padrino
Mucho antes de saber que existía una película, supe que existía un libro de 600 páginas en la biblioteca. No veíamos mucho cine en esa época, pero siempre había libros que leer. A mis 14 años, enfrentarme a leer algo de más de 20 páginas era una locura.
El Padrino me atrapó desde las primeras dos páginas y logró que leyera sin parar por días, si importar el hambre o el sueño. Nada era más importante que saber como finalizaban Los Corleone.
En la batalla de libros versus películas, gracias a El Padrino, siempre voto por los libros.
6. La nieve del Almirante
Es Maqroll el Gaviero, un viejo marinero errante que recorre los puertos y mares más recónditos o soy yo imaginándome siendo protagonista de mis propias aventuras y reflexiones existenciales.
La historia de El Gaviero, aunque compleja para un mente inmadura como la mía a los 18 años, debería ser de obligatoria lectura.
Y es que viajar por el mundo, ser encarcelado injustamente, sobrevivir haciendo lo necesari, incluso gobernando un burdel, muestra que el mundo es gigante, complejo y está ahí, esperando por nosotros.
7. Ursúa
Junto con a El País de la canela y La serpiente sin ojos, retrata de forma escalofriante y hermosa lo que pasaba en el territorio que hoy llamamos Colombia. Entiendes lo que signfica habitar una tierra de nadie y como a pesar de que hay personas que apuestan por un mundo mejor, siempre hay oportunidad de que las gobierne la tragedia.
Hablar de libros. Nada más placentero que compartir impresiones sobre las historias que leemos de adultos.
Cuidar los libros, para que no llegue un hijo de viaje y misteriosamente empiecen a desaparecer de la biblioteca.
8. Solaris
Somos adultos. Y con la adultez llegan retos de descubrir nuevos territorios. Leer Solaris es una canción a lo maravillosa que es la imaginación humana y a la vez, un recodatorio de lo limitada y frágil que es su existencia.
Libro para resistentes. Libro para conversar infintamente sobre como nos imaginamos las situaciones que se describen allí, mientras nos tomamos un aperitivo antes de un asado en familia.
8 historias no son suficientes para toda una vida bien vivida, pero creo cada momento de vida tiene su propio libro, su propia historia esperándonos.
Papá y ahora que leemos?
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Ese es mi hijo: viajero por un mar de libros y estupendo narrador. Estoy orgullosa de él.
Estupendo. Viajando juntos con Maqroll por mares de historias. Orgulloso de este hijo lector y escritor.